10 de abril: “Trabajar en ciencia es una forma de vida”

El Día de la Investigadora y el Investigador Científicos se celebra en homenaje al natalicio del argentino Bernardo Houssay, acontecido el 10 de abril de 1887, quien es considerado un ejemplo por sus tareas de investigación, hombre de gestión y primer científico latinoamericano distinguido con el Premio Nobel, en su caso, de Medicina.

En el marco del Día del Investigador y la Investigadora Científicos, padres, madres, hijas e hijos relataron por qué eligieron el quehacer científico como profesión en el ámbito de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) porque la transmisión de padres a hijos-hijas está presente en todas las culturas, para inscribir a la descendencia en una genealogía y en un linaje, para ser parte de una comunidad (científica), de un pueblo, de una nación.

Sostiene Jacques Hassoun (1996) que “la transmisión constituye ese tesoro que cada uno se fabrica a partir de elementos brindados por los padres, por el entorno, y que, remodelados por encuentros azarosos y por acontecimientos que pasaron desapercibidos, se articulan a lo largo de los años con la existencia cotidiana para desempeñar su función principal: ser fundante del sujeto y para el sujeto”.

De tal palo, tal astilla

“Desde muy chico tuve marcada preferencia por observar el universo en general y la naturaleza en particular,  el preguntar sobre planetas, animales, insectos, plantas y buscar las respuestas, ya sea en una revista, un libro o un programa de televisión”, sostuvo Raúl Nicolás Comelli, docente-investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL, hijo de Raúl Alberto Comelli, docente-investigador del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (UNL-Conicet).

Los hay de las ciencias duras y de las blandas; los que se autodefinen como científicos y los que proclaman que hacen investigación: “Sin lugar a dudas, tener a los dos padres como investigadores me ayudó a conocer cómo es la vida académica”, indicó Alejo Aguirre, hijo de Pio y Adriana, quien es egresado de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL y decidió seguir una carrera científica. “Trabajar en ciencia es, sobre todo, una forma de vida”, expresó Alejo, quien es investigador del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC-UNL-Conicet). Por su parte, Adriana Gonzalo, docente-investigadora del  Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (IHUCSO Litoral – Conicet – UNL) y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, es la primera investigadora mujer del Conicet en el área de la filosofía de la región: “Esto puede evidenciar por qué hablamos de científicos, y no de investigadores y, generalmente, se usa el género masculino para su designación”, reflexionó.

En esta continuidad, se encuentra Jorge Reinheimer, Profesor Titular de Microbiología de la UNL y docente-investigador del Instituto de Lactología Industrial (FIQ, UNL-Conicet), padre de Renata, Profesora Asociada de la Cátedra de Biología Celular de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNL) e Investigadora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (UNL-Conicet) y de Bruno, docente-investigador-extensionista de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UNL. Jorge Reinheimer sostuvo que es difícil nombrar referentes en la profesión, dado que en los años 70 cuando comenzó su carrera científica “no había referentes en microbiología de alimentos en la región, a pesar que nos encontramos en una zona productora de alimentos”; «a mis maestros los fui a buscar a Italia y Francia para después aplicar los conocimientos en nuestra realidad».



Gonzalo tiene una mirada crítica del trabajo científico, dado que Adriana indicó que “es consciente que en Filosofía somos muy pocos los que podemos hacer investigación remunerada”.

“En una gran pirámide poblacional, en la que muchos nunca pueden acceder al nivel secundario, haber tenido la oportunidad de hacer un doctorado en el marco de becas, ser una investigadora en filosofía, constituye una situación privilegiada, y la misma, creo, debería generar en principio una necesidad de realizarlo lo más comprometidamente posible, manteniendo un objetivo de formar recursos humanos, de favorecer el ingreso de otros a la investigación, y volcar a la docencia de grado y posgrado el trabajo que estamos haciendo en investigación, de modo que ambas tareas, estén articuladas”, añadió.

“Sería deseable también que nuestra tarea tenga vinculación social con ámbitos fuera de la universidad, en nuestro campo, esto es posible generalmente de modo indirecto, aunque en mi caso, he podido encontrar espacios para participar en proyectos de extensión social”, prosiguió Gonzalo.

Siguiendo esta línea argumental se encuentra Raúl Alberto Comelli (padre) quien manifestó que “como investigador puedo ´volar´ en mis ideas y estar innovando y buscando aquellos temas que considero atractivos incursionar y desarrollar, siempre con una mirada aplicada, que permita transferir al medio socio-productivo los resultados, de forma de devolver, al menos una parte, de los recursos que el sistema de I+D invierte”. En este sentido, Comelli (padre) expresó que en el trabajo de investigador la palabra “rutinario y monótono no tiene cabida”; dado que debe vérselas con actividades de investigación, gestión, transferencia de resultados, docencia y servicios ofrecidos al sector productivo. En este sentido, Pio Aguirre señaló que el quehacer científico “siempre es en “sociedad” entre dos o más investigadores”, valorando el trabajo colaborativo.



Referentes en la vida

“Mi viejo, Raúl Alberto Comelli, es investigador del Conicet  en el área de las ciencias químicas, y mi vieja, es una investigadora de la vida, siempre autodidacta. Los dos me han enseñado a no bajar los brazos frente a las dificultades, a pensar libremente y sin condicionamientos y no perder la capacidad de aprender cosas nuevas, todos pilares de un trabajo científico. Ellos son mis referentes “diarios”, que me acompañan desde antes que yo fuera un científico”, indica Raúl Nicolás Comelli.

En esta línea de continuidad se encuentran Renata y Bruno Reinheimer quienes también destacaron la labor de su padre: “Si bien, no existe un individuo para mí como referente dado que tomo muchas cosas buenas de diferentes personas (sean investigadores o no), mi padre es un referente; lo tengo en la familia”, manifestó Renata Reinheimer. “Coincido con Renata, dado que hemos conocido de cerca la tarea de nuestro padre. Siempre está la figura de Jorge, detrás del camino que uno ha hecho, de las elecciones que ha tomado a nivel formativo”, continuó Bruno Reinheimer.



Curiosidad Innata

“Desde niño me interesaba conocer cómo ´funcionan´ las cosas, de qué están “hechas”, cómo reaccionan los compuestos, por ejemplo, cuando se mezclan o calientan. Desde niño desarmaba todo lo que pasaba cerca, hoy sigo igual, la radio eléctrica, la afeitadora eléctrica, la bicicleta. Me interesaba, además, la botánica: las flores y las plantas en general. Tuve un regalo de mis padres que me incentivó: un juego de química. En la adolescencia tuve amigos con iguales intereses y armamos radios a galena, un telescopio artesanal de 10 cm de diámetro de espejo y con una cámara minolta sacábamos fotos astronómicas. Ya en el secundario sabía que quería “investigar”, expresó Pio Aguirre, investigador del Instituto de Desarrollo y Diseño, Ingar (UTN-Conicet Santa Fe) y padre de Alejo y Ariel, quien comienza a desandar el camino científico, a través de la realización de un doctorado en Letras.

“Hoy, tanto tiempo después, me encuentro aplicando los mismos procesos de cuando era un niño: observar, ensayar respuestas, buscar información, experimentar y confirmar o reformular las ideas. En resumen, el esquema del método científico. Cuando elegí la licenciatura en Biotecnología, allá por 1999, tenía mucha incertidumbre, era una carrera nueva, pero dentro de las carreras afines a las ciencias biológicas, tenía un plan que me llamó mucho la atención. Hoy puedo decir, con mucho orgullo, que fue una excelente decisión y trabajo de lo que me gusta, y también me gusta de lo que trabajo”, afirmó Raúl Nicolás Comelli (hijo).



Anécdotas del quehacer científico

“Una anécdota tiene que ver con colocar el mismo nombre a mi hijo (problema de algunos papás), nunca imaginé que pasado el tiempo ambos estaríamos en UNL y en Conicet, siendo innumerables las confusiones que se han originado por ello, incluso llegado a la equivocación en la transferencia de fondos de proyectos”, sostuvo Raúl Comelli (padre)

Con respecto a la paciencia y a la insistencia, Pio Aguirre relata una anécdota de su estadía en Alemania: “preparando mi primera charla en alemán que iba a dar en la Technishe Universitaet Muenchen (TUM), pasó el profesor por mi oficina y me preguntó cuántas veces practicaba la charla, le respondí dos o tres, se agarró la cabeza y siendo él casi un profesor emérito me obligó: “yo la practico alrededor de 15 veces y en mi idioma, usted debería practicar más”. Lo que infiero, es que a los alemanes les gusta mucho el teatro”, contó Aguirre.

“La obra de arquitectura es el espacio donde en mayor medida se concentran anécdotas. Ese lugar donde ponemos en común los diversos conocimientos técnicos y disciplinares, donde se discute mucho y hay una intensidad de trabajo muy importante. Generalmente reunimos a todos los especialistas para buscar las mejores soluciones a los problemas arquitectónicos. Y a pesar que esos saberes técnicos son fundamentales, por su anclaje en diversas ciencias y porque juntos intervienen en el quehacer proyectual, tengo que decir que en ocasiones define el saber empírico, ese saber que proviene del obrero calificado, aquel que tiene mucha experiencia desempeñándose en ese ámbito. Tal vez no se trata de un conocimiento teórico ordenado como lo entendemos en la academia, pero es el conocimiento propio y singular de haber manipulado la materia, de trabajar con los elementos, a la manera de laboratorio a cielo abierto. En ese sentido, es un aporte necesario. Rescato la importancia del verdadero intercambio de conocimiento”, consideró Bruno Reinheimer.



Orgullo científico

Alejo Aguirre sostuvo que lo enorgullece de su trabajo cotidiano el hecho de “contribuir a solucionar problemas de la sociedad y del planeta, como reducir la contaminación, o generar fuentes de energía renovables, para mejorar la calidad de vida de los seres humanos”.

“Lo que realmente me llena de orgullo es cuando escucho a mis hijas, Clarita y Milagros, que le cuentan a sus amiguitos o a las señoritas que “mi papá es científico”,  “trabaja con bacterias y levaduras”, “cuida el ambiente”, eso no tiene precio, me llena el corazón y hace que todo tenga sentido”, concluyó Raúl Nicolás Comelli (hijo).



Se inaugura «Ciencia en Fotos»

La Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología, a través de la Dirección de Comunicación de las Ciencias y las Artes organiza una trilogía de propuestas con el objetivo de homenajear a los investigadores e investigadoras científicos en su día. Una de las actividades previstas es la apertura de la muestra de “Ciencia en Fotos”, que se realizará en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de la UNL, el sábado 10 de abril, a las 18,30 horas.

“Esta muestra es la materialización de las obras ganadoras del Primer Concurso de Fotografía Científica de la UNL que realizamos en 2020. Lo interesante de este concurso y de las obras presentadas por las y los integrantes de la comunidad universitaria, es su capacidad para articular aspectos científicos, estéticos y comunicacionales. Uno de nuestros objetivos es volver a reunir aspectos de la vida que parecen disociados, en un conjunto más amplio que llamamos cultura. En estas obras confluyen belleza, ciencia y relatos”, remarcó Carolina Revuelta, directora de Comunicación de las Ciencias y las Artes.

Debido a la situación de pandemia y al aforo de la sala, la asistencia a la inauguración de la muestra es con invitación previa. Igualmente, la muestra contará con una instalación en la vidriera del MAC, en Bv. Gálvez 1578, y estará expuesta de manera virtual en las redes sociales del Museo, en instagram @mac_unl y en facebook. Como así también, en todas las redes sociales de la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología @cienciaarteytecnologia_unl.

La muestra podrá ser visitada por toda la comunidad santafesina e universitaria desde el domingo 11 de abril hasta el lunes 31 de mayo de 2021, en el MAC. Para visitarla es necesario solicitar un turno escribiendo al correo electrónico turnosmacunl@gmail.com.

Las y los artistas que se destacarán en esta oportunidad son los premiados del concurso “Ciencia en Fotos”:  Andrés Dekanty, Lucas Castro, Lucas Gabriel  Vidolini, Remigio Bouquet, Ana Paula García, Vanina Márquez, Victoria Castro Demiryi, Julián Elías Abud, María Laura Zenclussen, Horacio Adolfo Rodríguez, Franco Benítez Bartoli, Jésica Rainieri, Ezequiel Ravazzani, María de los Ángeles Ramírez e Ileana Tossolini.

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