En busca del águila coronada en el hábitat donde más se deja ver
El español Diego Gallego García es biólogo y becario del Conicet, y desde hace tiempo se encuentra inmerso en un proyecto que investiga el águila coronada, una particular especie de ave en peligro de extinción que tiene al noroeste de Santa Fe como uno de sus principales hábitats.
Días atrás estuvo de recorrida por el departamento 9 de Julio, para realizar avistajes en distintos sectores y también concientizar sobre la importancia de conservar esta especie.
Fue así que visitó reservas naturales, campos, y también brindó charlas y talleres en escuelas urbanas y rurales de Tostado, Pozo Borrado, San Bernardo, Villa Minetti y Gregoria Pérez de Denis.
En diálogo con Periódico 9 de Julio, contó detalles de la importante labor que lleva adelante:
¿Qué es el águila coronada?
El águila coronada es un ave nativa del sur de Sudamérica que se encuentra en peligro de extinción. Es una de las aves rapaces más desconocidas y amenazadas de la zona Neotropical. Su rango de distribución se extiende desde el centro de Argentina, más o menos a la altura de Neuquén y Río Negro, hasta el sur de Brasil, pasando por Paraguay, Bolivia y todo el norte argentino.
Es fácilmente distinguible por el copete, cresta o corona, que le da nombre, y que consiste en cuatro o cinco plumas que están insertadas en la parte occipital del cráneo, que se le levantan habitualmente dándole este aspecto de corona o copete que le da su nombre.
Otro tipo de características que ayudan a distinguir este águila son, por ejemplo, el color del plumaje, este varía desde un color dorsal marrón, marrón oscuro, y ventral blanquecino tirando a ocre amarillento, con motas marrones en el estadio juvenil y pichón, hasta un color adulto gris entero, gris cenizo, que le da precisamente el nombre de águila cenicienta por ejemplo en las zonas brasileñas en las que vive.
¿Dónde se encuentra en Argentina?
En Argentina este águila se la encuentra principalmente en cuatro eco regiones. La primera de ellas es el espinal, que conforma esa C o medialuna característica que va desde el sur de Bahía Blanca, pasa por el centro de La Pampa, cruza San Luis y un poco Córdoba, llega hasta la zona central de Santa Fe y pasa el otro lado del río Paraná; el desierto del monte, que nace más o menos en la zona neuquina, sube por el oeste de La Pampa y llega hasta Mendoza y San Juan; y las dos eco regiones del Chaco: el Chaco húmedo y el seco, este último extendiéndose mucho precisamente por la provincia de Chaco, de Santiago el Estero y en el noroeste de Santa Fe sobre todo; y el chaco húmedo que llega también a la provincia de Chaco y al noreste de la provincia de Santa Fe.
¿Cuáles son sus principales características?
Una de las características más importantes de este águila que derivan en una de las funciones eco sistémicas más interesantes que nos puede proveer, es que se alimenta, principalmente, de serpientes y de víboras, entre ellas la yarará ñata, la víbora de coral, y otras culebras. Las cuales constituyen hasta un 60 por ciento de su dieta y de las cuales es capaz de llevarle al pichón entre 5 y 6 por día cuando este está creciendo.
El otro gran tipo de alimento que este águila coronada consume son los armadillos de tipo piche, peludo, mulita o quirquincho, mediante los cuales muchas veces podemos identificar los nidos, ya que dejan todos los caparazones y uno se puede dar cuenta donde está el nido por eso.
¿Por qué se encuentra en peligro de extinción?
Se encuentra en peligro de extinción y se estima que en toda su área de distribución hay menos de mil individuos adultos en libertad. Las principales causas de este declive en sus poblaciones, que hoy en día se encuentran muy marcados, son la pérdida de hábitat, la electrocución en tendidos eléctricos, la persecución directa, el ahogamiento en tanques australianos y otro tipo de peligros como el envenenamiento.
Otra característica interesante del águila coronada es que solamente pone un huevo por evento reproductivo y año. Después el huevo es incubado por la madre durante unos 45 días, sobre todo por la madre aunque también el padre puede participar ocasionalmente, y después sale un pichón que permanece dos meses y medio en el nido antes de aprender a volar, y una vez que empieza a volar igualmente no se va de casa sino que permanece en ella durante unos ocho meses, hasta el inicio de la nueva primavera, precisamente en agosto, septiembre, octubre, donde los padres deben echar al pichón para que haya lugar en el nido para el nuevo huevo.
Hay que tener en cuenta que la mitad de los nidos no son exitosos, y encima cuando llegan a la etapa de pichón muchos de ellos se pierden por otras causas naturales como la depredación, las tormentas o los incendios. Pero, encima, una vez que el pichón ha volado exitosamente del nido se enfrenta a una tasa de mortalidad de alrededor del 70 por ciento antes de llegar a la etapa adulta, la cual consigue a los 4 o 5 años. Durante estos 3 o 4 años transcurridos entre que sale del nido y se establece como reproductor en un nuevo territorio, 7 de cada 10 águilas coronadas mueren en el intento.
Con todo esto, teniendo en cuenta primero que quedan menos de mil individuos en libertad de águila coronada, segundo que solamente pone un huevo, que la mitad de los intentos de incubación no son exitosos y encima se pierden también los nidos en el estadio de pichón, que el pichón una vez que vuela tarda hasta 4 o 5 años en madurar sexualmente y durante esos años tiene un 70 por ciento de mortalidad, los modelos nos indican que entre dentro de 40 y 60 años este águila podría estar extinta.
¿Cómo es el proyecto de conservación que llevan adelante?
En el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces de Argentina (Cecara) se lleva estudiando al águila coronada desde el año 2001, donde apenas se sabía nada. Toda la información tiene que ver con los estudios que se han hecho hasta ahora en La Pampa y Mendoza. En ellos se han descubierto los mayores problemas de conservación frente a esta águila, así como aspectos de su ecología básica. Pero queda mucho por aprender. De hecho, hace exactamente dos años iniciamos un proyecto dentro de este Cecara, llamado Proyecto Águila del Chaco, destinado por un lado a visibilizar la problemática de este águila y también las posibles maneras de solucionar los factores de mortalidad que enfrenta; y en segundo lugar para seguir investigando más a fondo aun aspectos de su ecología como por ejemplo el uso de hábitat, el movimiento o la dispersión de los juveniles; y en tercer lugar para aplicar medidas de conservación efectivas y puntuales en aquellos lugares en los que el águila viva.
De hecho, este año, y gracias a la financiación recibida por la fundación Rufford Foundation del Reino Unido, a la que presentamos un proyecto que fue premiado, hemos podido empezar a acercarnos a las provincias de Santa Fe y Santiago del Estero, y en concreto a la zona limítrofe entre ambos, es decir el oeste de Santa Fe y el este de Santiago de Estero. La razón es que esta área ha sido marcada como prioritaria para la conservación del águila coronada en el mundo por la gran cantidad de avistamientos que se tienen de esta especie en este lugar.
Es decir, si llegamos a poder estabilizar y conservar las poblaciones de águila coronada en toda esta zona, habremos ganado muchos puntos para evitar que el águila se extinga en todo el mundo. Y es por eso que desde el Proyecto Águila del Chaco pedimos ayuda a todos los actores de la sociedad, desde ornitólogos aficionados hasta científicos, desde productores locales y rurales hasta empleados y trabajadores, y en general a toda la comunidad local tanto política como institucional, administrativa, poblacional y social, para ayudarnos a buscar a este ave tan esquiva, la cual es muy difícil de ver.
Cada dato, cada avistamiento, cada posible nido, cada muerte, cada propuesta para la conservación, nos pueden consultar en nuestras redes sociales y así ayudarnos a empezar a entender mejor la vida de este águila y, por ende, qué tenemos que hacer para conservarla.
Especialista
Diego Gallego García es español. Es licenciado en Biología por la Universidad del País Vasco y magister en Zoología por la Universidad Complutense de Madrid.
Actualmente realiza una tesis doctoral en Biología por la Universidad Nacional del Comahue de la Patagonia argentina.
Pertenece al Cecara (Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces de Argentina) y es becario doctoral del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
Durante su reciente recorrida por el departamento 9 de Julio, estuvo acompañado por José Hernán Sarasola, quien es doctor en Biología por la Universidad de Sevilla, actual director del Cecara y el Proyecto Águila del Chaco e investigador del Conicet; y también por Maximiliano Churruarin, referente local que a menudo lleva adelante acciones para la conservación de especies en el área de los Bajos Submeridionales.