La provincia registró su primera variedad de semilla de cannabis medicinal
El gobierno provincial, a través del Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología y el Centro de Investigación y Desarrollo de Cannabis Medicinal, Acuicultura y Agroecología (CIDCaM), avanza para fortalecer el conocimiento y la experiencia al servicio del desarrollo de la industria regional. Fruto de ese trabajo, la creación fitogenética de cáñamo (Cannabis sativa L.) de nombre “Aromito” se incorporó al Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares (RNPC) del Instituto Nacional de Semillas (INASE).
Esta variedad fue desarrollada por un grupo de jóvenes profesionales de la firma NISOR S.R.L radicada en Laguna Paiva. La empresa, que nació luego de la promulgación de la Ley N° 27.50 de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial, desea posicionarse en el mercado del Cannabis tanto como generadora de germoplasma con aplicación al ámbito medicinal como asesora de cultivo y extracciones. Cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales, que incluye desde mastergrowers hasta ingenieros; actualmente alrededor de 10 personas trabajan en el proyecto.
Al respecto, la subsecretaria de Proyectos de Innovación Productiva y responsable del CIDCaM, Eliana Eberle, destacó: “Este logro marca un hito histórico en la provincia de Santa Fe y para la prometedora industria de cannabis medicinal en Argentina. Este talentoso grupo de jóvenes emprendedores ha logrado inscribir exitosamente la primera genética de cannabis desarrollada íntegramente en nuestra región. Sin duda, este avance representa un paso significativo en los primeros progresos de ensayos de investigación y producción de aceites medicinales, y es un testimonio de cómo el ingenio y la dedicación marcan pasos necesarios en el proceso de desarrollo de esta nueva medicina y, a la vez, para la agricultura en Santa Fe y en todo el país”.
Asimismo, sostuvo que “este innovador proyecto es un claro ejemplo del potencial transformador de la juventud emprendedora. En nombre del gobierno provincial, celebramos este notable logro y su compromiso con la investigación científica y técnica. Estoy convencida de que esta genética de cannabis medicinal inscrita sentará las bases para futuros avances y contribuirá significativamente a mejorar la calidad de vida de las personas a través de tratamientos médicos más efectivos y seguros, con un impacto significativo en la salud y el bienestar de las personas”.
Con respecto al registro de la semilla, uno de los socios fundadores de la firma, Fabricio Hubeaut, comentó: “Para nosotros es un orgullo enorme, por un lado, porque en nuestro equipo somos todos apasionados del cultivo de cannabis y esto es algo que legitima el empeño y la pasión que le ponemos a este proyecto todos los días. Pero también, porque Santa Fe es una provincia que tiene muchísimos proyectos serios en relación con la temática. Está el CIDCaM, que es un referente a nivel nacional, hay numerosas asociaciones civiles haciendo un trabajo impecable y redes de médicos e investigadores del CONICET haciendo trabajos de renombre internacional. Nosotros somos una pieza más en el engranaje de la industria a nivel provincial y esto es un premio para todos. Esperamos poder aportar a que Santa Fe siga creciendo en la temática”.
Sobre el desarrollo y características de la semilla, Hubeaut comentó que parte de una variedad de CBD medicinal y “lo que se hizo fue utilizar dos métodos, cruzamiento selectivo entre especies del mismo género y backcrossing con parentales recurrentes. Esto último, para poder bloquear los rasgos o caracteres deseados de las plantas con las que partimos. El objetivo final siempre fue pensado en la inflorescencia de la planta: una variedad con alto contenido de CBD y bajo contenido de THC. Ahora estamos trabajando con cruzas con otras variedades para obtención de variedades con ratios más equilibrados y también en feminizar Aromito para inscribirla en su versión feminizada”.
Por último, Eberle remarcó que “contar con la propiedad de nuestras semillas es un pilar fundamental para garantizar la seguridad de desarrollo, la sostenibilidad agrícola y el progreso económico. La soberanía sobre las semillas nos otorga la capacidad de adaptar nuestras variedades agrícolas a las condiciones climáticas y de suelo específicas de nuestra región, maximizando así la productividad y la resistencia de nuestros cultivos. La inversión en investigación y desarrollo en el ámbito agropecuario es esencial para encontrar soluciones innovadoras, como variedades más resistentes a enfermedades, tolerantes a sequías o con mayor contenido nutricional. Todo esto contribuye a una producción más eficiente y a la creación de un sector agrícola más competitivo a nivel internacional”.