Las inundaciones y sus consecuencias
Por Ing. Agr. Hugo Terré
Cada inundación, ante la presión de la gente, los políticos prometen obras, algunas faraónicas, otras inviables, pero generalmente nunca se hacen, por suerte para todos los que poblamos los Bajos Submeridionales. Digo esto porque en la desesperación por zafar de los justos reclamos aparecen estas promesas sin sustento técnico, disparatadas, que contradicen todos los principios básicos del manejo del agua y que complicarían aún más las próximas inundaciones.
Vamos al grano: un principio básico elemental y primario es que el agua hay que manejarla por cuenca, que el agua no responde a los límites políticos. Analicemos: una de las primeras barbaridades técnicas es la Línea Paraná, porque ya interrumpimos la cuenca y para hacerla respetamos justamente el límite político con la provincia de Chaco. Ahora estamos por hacer exactamente lo mismo con la provincia de Santiago del Estero. Definitivamente dividiremos artificialmente la cuenca de Bajos Submeridionales en tres, con las consecuencias que eso traerá.
Esto demuestra a las claras que el Comité Interprovincial (ayer no recuerdo su nombre, hoy Cirhbas) no cumple ni cumplió la función principal para el que fue creado (manejar la cuenca). Cada provincia que lo integra cuida su “quintita”, independiza el manejo del agua y el uso del suelo de su territorio, y pretende transferir las consecuencias a Santa Fe que está aguas abajo. Como nuestros productores, con toda la razón, levantan sus voces y reclaman fuertemente, aparecen los canales salvadores Línea Paraná y ahora el Interprovincial.
En los Principios Rectores de la Política Hídrica Argentina, a lo que Santa Fe adhiere, en su punto 19 denominado Unidad de Planificación y Gestión, señala: Dado que el movimiento de las aguas no reconoce fronteras político-administrativas sino leyes físicas, las cuencas hidrográficas o los acuíferos constituyen la unidad territorial más apta para la planificación y gestión coordinada de los recursos hídricos. La consideración de la totalidad de las ofertas y demandas de agua en una región hidrográfica permite detectar las mejores oportunidades para su uso, lográndose al mismo tiempo anticipar conflictos y minimizar impactos negativos a terceros o al ambiente.
Si bien chaqueños y santiagueños con estas obras aliviarían sus excedentes y esto les permitiría hacer el uso del suelo que quieran y manejar el agua como quieran, a los santafecinos nos sigue complicando y mucho. Veamos:
-Línea Paraná: Por el paralelo 28 (límite con Chaco) naturalmente escurría agua de lluvia (sin sales) a Santa Fe y eso permitía la recarga de las fuentes que luego daban agua a la ganadería. Hoy esos ingresos están prácticamente interrumpidos por el canal y el terraplén de Línea Paraná y solo recargamos las fuentes con el agua proveniente de Santiago por la Cañada de las Víboras previo paso por las salinas de la vecina provincia, lo que recarga fuentes con agua más salada, ocasionando salinización de suelos en los distritos de Gregoria Pérez de Denis, Santa Margarita, Gato Colorado y San Bernardo.
Como la obra no está terminada, el canal Línea Paraná desemboca en el Arroyo Los Amores, que tiene mucha menos capacidad de evacuación que la que tiene el canal, desborda causando serios problemas en los campos aledaños y en la localidad de Villa Guillermina.
La localidad de Los Amores también se ve afectada por esta obra.
Otro inconveniente de esta obra son las compuertas que nunca funcionaron, porque las robaron varias veces y otras las rompieron por lo tanto no cumplieron su función. Esto tiene algunas lecturas sobre las que deberíamos haber trabajado: primero son una gran fuente de conflicto y segundo nunca nadie estuvo a cargo con eficiencia para manejarlas y cuidarlas.
-Canal de la Interprovincial: Se estaría proyectando y es la promesa salvadora de esta inundación para que no nos ingrese el agua de Santiago del Estero a Santa Fe.
Si no se prevén ingresos controlados, el paraje Las Quinientas y zonas aledañas se quedarán sin agua para la ganadería a corto plazo.
Ese canal, su tramo norte evacuaría en la Cañada de las Víboras (Santa Fe) donde existen explotaciones ganaderas y vive gente, con las consecuencias que esto implica. En definitiva, el agua generada en Santiago por el cambio de uso del suelo, que es muchísima más que la que naturalmente escurría y el manejo que hacen con ella acelerando los escurrimientos, terminarán en nuestra provincia alterando el sistema y creándonos problemas en la Cañada y en todo el Golondrina que ya tiene problemas para evacuar los excesos normales.
Conclusiones
- Como nuestras provincias vecinas con quienes compartimos la cuenca de Bajos Submeridionales no se hacen cargo del agua que generan, más aun aceleran su escurrimiento, debemos recurrir a estas obras que alteran todo el sistema y dan por tierra con los principios básicos del manejo de cuenca.
- El no entendimiento con quienes están aguas arriba prácticamente no nos deja opciones para defender nuestro territorio y principalmente los pueblos que son los más perjudicados cuando ingresan esas masas de agua.
- No tenemos derecho a reprocharle a nuestros hermanos chaqueños y santiagueños porque nosotros hemos hecho exactamente lo mismo, con la única diferencia que nos perjudicamos solos.
- A nuestra Constitución Nacional le faltan artículos que regulen el manejo de recursos y cuencas compartidos para que no sean una fuente de conflicto entre las provincias como lo son hoy.