Video drone y todos los detalles de la flamante Estación Radar Tostado

Como una obra majestuosa que sobresale del contexto e impone respeto, la Estación Radar Tostado se ubica a pocos metros al sur oeste de la ciudad cabecera del departamento 9 de Julio, donde próximamente comenzará a operar y, de esta manera, se transformará en uno de los puntos de control aéreo que tiene el país para la defensa de la soberanía nacional.

Recientemente, Periódico 9 de Julio pudo recorrer las inmediaciones del lugar y registrar imágenes que muestran la magnitud de la construcción y, al mismo tiempo, acceder a información de primera mano para contar todos los detalles.

En la actualidad, la infraestructura se encuentra completa en un 95%, restando detalles mínimos y la instalación del radar para su futura inauguración, evento que se prevé se lleve adelante durante la segunda quincena del mes de agosto próximo.

Una vez que la estación se encuentre funcionando, estará habitada por un poco más de una docena de hombres y mujeres pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina, quienes darán servicio las 24 horas del día de manera ininterrumpida los 365 días del año.

A partir de esto, Tostado pasa a formar parte de la defensa nacional a través de su participación en el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA), contando con este sensor de uso militar de la más alta tecnología que, ya antes de su puesta en marcha, viene significando la posibilidad de trabajo, inversiones, desarrollo y nuevas oportunidades para la comunidad local.

Características técnicas

La denominación “Radares Militares” o “Radares de Defensa” obedece a que poseen como característica única la capacidad de defenderse si son atacados, lo que a la vez hace que sean extremadamente difíciles de diseñar y producir, pero muy confiables al momento de su operación. Se denomina tradicionalmente “Contra-Contra Medidas Electrónicas”, por parte de la especialidad que combate los radares, denominada Guerra Electrónica.

Estos radares que componen la cadena de Vigilancia y Control Aeroespacial están diseñados (y es su objetivo principal) para detectar aviones que se hallen volando en el espacio aéreo soberano nacional, ya sea que quieran o no ser detectados.

Esa característica propia es la que los diferencia de los radares “secundarios” o de tránsito aéreo civil que se pueden observar en cualquier aeropuerto pintados de rojo y blanco según la normativa actual y que funcionan de manera “colaborativa”. Esto quiere decir que esos radares que “ven” o detectan aviones que “quieren ser vistos” para colaborar con la seguridad aérea operacional y el tránsito de aviones civiles y comerciales.

Toda la información recabada por este sensor se envía a un centro especializado de la Fuerza Aérea Argentina, ubicado en la localidad de Merlo, provincia de Buenos Aires, que se encarga de realizar los procedimientos pertinentes para llevar adelante el control y la vigilancia del espacio aéreo.

Los radares primarios tridimensionales militares de INVAP conocidos como “RPA” (por Radar Primario Argentino) son equipos fijos que operan en banda L (ente 1 y 2 GigaHertz) con un alcance instrumentado de 240 millas (440 kilómetros, aproximadamente). La longitud de onda con la que se trabaja determina el tamaño de la antena y ésta, a su vez, el alcance con el que se contará, además de otras características.

Los radares militares, por su función propia de vigilancia, se encuentran siempre entre los objetivos prioritarios y más buscados por quienes quieran burlar la soberanía nacional. Los radares pueden ser atacados de diferentes formas ya sea buscando su neutralización a través de la interferencia o de la destrucción física. Para su defensa, cuentan con las últimas contramedidas o protección contra ataques electrónicos como ser:

  • Lóbulos laterales pequeños, supresión y/o cancelación de dichos lóbulos.
  • Baja firma infrarroja de la antena.
  • Agilidad y Diversidad de frecuencia.
  • Administración de la señal y de la potencia de la misma.

Historia y antecedentes

En el año 2003 se firmó el primer contrato entre la Fuerza Aérea Argentina y la empresa INVAP S.E., lo que permitió el desarrollo y fabricación de los radares que actualmente le dan cobertura a casi la totalidad de las rutas aéreas civiles argentinas.

El hito constitutivo de la fabricación de radares de defensa como política estatal se materializó en el Decreto PEN N° 1407/2004 por medio del cual el entonces presidente Néstor Kirchner creó el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA).

Demostrada la capacidad e idoneidad de una empresa nacional como INVAP para la fabricación de radares civiles, se subió la apuesta y se le encargó a la misma empresa la fabricación de radares militares. De esta manera, en el año 2007, se materializó el contrato por el prototipo de un radar primario de uso militar.

Así, en 2011 se firmó el primer contrato de serie para la fabricación de radares militares de última tecnología.

Con todo ello, Argentina se transformó a lo largo de las dos décadas recientes en uno de los no más de 15 países que disponen de tecnología propia para la concepción y producción de radares de diferentes tipo: secundarios de empleo civil, meteorológicos, de apertura sintética y primarios tridimensionales de medio y largo alcance de uso militar.

El 3 de marzo de 2021, con la presencia del presidente de la Nación, Alberto Fernández, la Fuerza Aérea Argentina firmó en Bariloche un contrato con INVAP para la producción e instalación de radares primarios tridimensionales de largo alcance de empleo militar y para el completamiento de todos los aspectos pendientes. Fruto de ese contrato es que próximamente se estará inaugurando la Estación Radar Tostado.

En los últimos años la Argentina se embarcó en algunos desarrollos en este campo que la han proyectado a la cima del ranking tecnológico mundial. Si de cuestiones de defensa se trata, la incursión en el diseño y fabricación de radares ha sido una de las iniciativas más relevantes, tanto por la determinación con la que se la llevó a cabo como por los logros alcanzados.

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